El progreso del peregrino 18: El país encantado

Youtube: https://youtu.be/0Ab7YP7pUUE

El País Encantado
Vi luego en mi sueño que siguieron hasta llegar a cierto país cuyo clima tenía la propiedad de darle modorra a todo el que entraba en él. ESPERANZA comenzó a sentirse soñoliento, por lo cual le dijo a CRISTIANO:
—Tengo tanto sueño que apenas puedo mantener abiertos los ojos; acostémonos, pues, y durmamos un rato.
—De ninguna manera, no sea que durmiéndonos, no volvamos a despertar.
—¿Por qué, hermano? El sueño es agradable para el hombre trabajador, nos sentiremos descansados si nos tomamos una siesta.
—Recuerda que uno de los pastores nos mandó que nos cuidáramos del País Encantado. Con eso nos quiso dar a entender que no debíamos dormirnos en él. Por lo tanto, no lo hagamos como lo hacen otros; más bien velemos y seamos sobrios (1 Tes. 5:6).
Respondió ESPERANZA:
—Confieso que no tengo razón, y si hubiera estado aquí solo habría estado en peligro de muerte. Veo que es cierto el dicho del sabio: “Mejor son dos que uno” (Ecl. 4:9). Hasta aquí tu compañía ha sido una bendición; y serás recompensado por tu labor.
—Pues, para evitar el sueño, conversemos de algo interesante —sugirió CRISTIANO.
—¿Por dónde empezaremos?
—Por donde Dios empezó con nosotros. Pero empieza tú, por favor.
—¿Te refieres a la primera vez que empecé a cuidar el bien de mi alma?
—Sí, a eso me refiero.

Recuerdos de Fiel (Esperanza narra su conversión)
Dijo ESPERANZA:
—Bueno, no sabía qué hacer así que hablé con FIEL, pues él y yo nos conocíamos bien. Pensé: “Si un hombre se endeuda, pero después va pagando los gastos en que va incurriendo, todavía le queda la deuda vieja. Con mis pecados estoy en deuda con Dios, pero reformarme ahora no la saldará. Me dijo él que a menos que obtuviera justicia de un HOMBRE que nunca hubiera pecado, ni mi propia justicia ni toda la justicia del mundo podía salvarme. El Señor Jesucristo es el Dios todopoderoso que murió por mí, él es a quien le son imputados (cargados a mi cuenta) si creo en él.
—¿Y a esto qué te respondió FIEL?
—Me rogó que acudiera al Señor Jesús. Entonces le dije que eso sería presumir, pero él me respondió que no, porque yo estaba invitado a acudir a él (Mat. 11:28). Luego me regaló un libro sobre las imputaciones de Cristo, para animarme a acudir libremente, y dijo concerniente a ese libro que cada tilde y cada jota en él era una realidad más firme que el cielo y la tierra (Mat. 24:35). Entonces le pregunté qué debía hacer cuando acudiera y me dio la respuesta. Me dijo que debía ponerme de rodillas, y pedir de todo corazón y con toda el alma, que el Padre me lo revelara (Sal. 95:6; Dan. 6:10; Jer. 29:12-13). Entonces le siguió preguntando: “¿Cómo debe ser mi súplica?” y me dijo: “Vé, y lo encontrarás en su Trono de Gracia donde permanece siempre para perdonar a todos los que vienen a él” (Éxo. 25:22; Lev. 16:2; Núm. 7:89; Heb. 4:16).
Siguió contando ESPERANZA:
—Le dije que no sabía qué decirle al venir a él. Me recomendó que dijera algo como:
“Dios, sé propicio a mí pecador, y hazme conocer y creer en Jesucristo, porque veo que de no ser por su justicia, o si no tuviera yo fe en esa justicia, estoy perdido. Señor, he oído que eres un Dios misericordioso, y que has ordenado que tu Hijo Jesucristo fuera el Salvador del mundo, y además, que estás dispuesto a que sea Salvador de un pobre pecador como lo soy yo (y sí que soy pecador). Señor, magnifica ahora tu gracia en la salvación de mi alma, por medio de tu Hijo Jesucristo, Amén”. Y eso oré de todo corazón.
—¿Te reveló el Padre a su Hijo?
—No a mi vista, pero sí a mi entendimiento. Un día me pareció ver al Señor Jesús. Me miró y dijo: “Bástate mi gracia” (2 Cor. 12:9; Isa. 55:11). La hermosura de Jesús me impulsó querer vivir una vida santa y anhelo luchar por él.
Dijo CRISTIANO:
—Ciertamente fue esta una revelación de Cristo a tu alma.

Otra vez Ignorancia
Vi, entonces en mi sueño, que ESPERANZA miró hacia atrás y vio que les seguía IGNORANCIA, a quien habían dejado atrás.
—Mira —le dijo a CRISTIANO— qué atrasado viene el muchacho.
—Sí, lo veo; no le interesa nuestra compañía.
—Creo que tienes razón, pero de igual manera, esperémoslo —dijo ESPERANZA.
Y eso fue lo que hicieron. Entonces CRISTIANO le dijo a IGNORANCIA:
—Vamos, hombre, ¿por qué te quedas tan atrás?
—Me encanta caminar solo, mucho más que caminar acompañado.
—Dinos, ¿cómo están Dios y tu alma ahora? —preguntó CRISTIANO.
—Espero que bien —dijo IGNORANCIA— me lo dice el corazón. Porque estoy lleno de buenos pensamientos que me vienen a la mente para reconfortarme al caminar.
—Eso puede ser engañoso, porque el corazón del hombre lo reconforta con la esperanza de lograr aquello que no tiene razón para lograr.
—Pero mi corazón y mi vida concuerdan, así que espero que mi esperanza sea bien fundada. El corazón me dice que es así.
—A menos que la Palabra de Dios sea testigo de ello, cualquier otro testimonio carece de valor. Déjame explicarte, la Palabra de Dios dice: “No hay justo, ni aun uno”. También dice: “El intento del corazón del hombre es malo desde su juventud” (ver Ro.3:10, 12, 23, 8:6; Gén. 6:5, 8:21). Ahora bien, cuando pensamos esto de nosotros mismos, entonces son pensamientos buenos, porque coinciden con la Palabra de Dios.
—Jamás creeré que mi corazón sea tan malo —respondió IGNORANCIA.
—La Palabra de Dios dice que los caminos del hombre son perversos por naturaleza. Pero cuando el hombre piensa sensatamente en sus propios caminos, su corazón acepta humildemente ese juicio (Sal. 125:5; Prov. 2:15; Rom. 3:9-18). Dios nos conoce mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. Pero IGNORANCIA insistió que Dios lo aceptaría porque cumplía sus deberes religiosos.
CRISTIANO, recordando su propia experiencia ante la Cruz, contestó:
—No son tus acciones, sino que tu corazón tiene que ser conquistado por Dios. Esta fe tuya es engañosa, y te dejará a merced de la ira en el Día del Dios todopoderoso. Porque la fe que realmente justifica (cuando es sensible a su condición perdida por la ley) hace que el alma vuele buscando refugio en la justicia de Cristo. Esta justicia suya no es un acto de gracia por el cual hace que tu obediencia sea aceptada por Dios, sino
que la obediencia personal de Cristo a la ley en hacer y sufrir por nosotros es lo que nos requiere, y esto es aceptado por Dios. Afirmo que la verdadera fe acepta esta justicia de Cristo, bajo la cual se refugia el alma, y es por ella presentada sin mancha ante Dios, es aceptada, y es libre de condenación.
Continuó diciendo CRISTIANO:
—¿Oh, qué? ¿Pretenderías que confiáramos en lo que Cristo ha hecho en su propia Persona sin tener en cuenta lo que hizo por nosotros? Esta soberbia daría rienda suelta a nuestras concupiscencias y toleraría que viviéramos según nuestros propio deseos, porque, ¿qué importaría cómo vivimos si podemos ser justificados de todo por la justicia personal de Cristo, si así lo creemos? (Rom. 6:1).
Y agregó:
—Sí, también eres ignorante en cuanto a los verdaderos efectos de la fe para salvación en esta justicia de Cristo: que es, doblegarnos y dar nuestro corazón a Dios en Cristo, amar su nombre, su Palabra, su camino y su pueblo, no como en tu ignorancia te imaginas.
ESPERANZA interrumpió para decir:
—Pregúntale si alguna vez se le reveló Cristo desde el cielo.
A lo que IGNORANCIA contestó:
—¡Qué! ¡Es usted un hombre que se basa en revelaciones! Me parece que lo que ustedes dos y el resto de ustedes dicen acerca del asunto es fruto de un cerebro que
desvaría.
—Pero, hombre —dijo ESPERANZA— Cristo está tan escondido en Dios, protegido de las ansiedades naturales de la carne, que no puede ser conocido por nadie para salvación, a menos que Dios el Padre se les revele (Mat. 11:27; 1 Cor. 12:3; Ef. 1:18-19).
—Esa es la fe de ustedes pero no la mía, ¡y la mía es tan buena como la de ustedes!
—Despierta, ve lo lamentable de tu estado —exclamó CRISTIANO— y apresúrate a acudir al Señor Jesús, y por su justicia, que es la justicia de Dios (porque él mismo es Dios), serás librado de condenación.
IGNORANCIA se detuvo.
—Mi fe es tan buena como la de ustedes —declaró— pero no puedo avanzar al ritmo de ustedes. Sigan adelante, e iré detrás.
—En fin, vamos, mi buen compañero ESPERANZA. Por lo visto tenemos que volver a caminar solos —dijo CRISTIANO.
Siguieron, yendo un buen trecho adelante, con IGNORANCIA rengueando detrás de ellos. Entonces le dijo CRISTIANO a su compañero:
—Me da mucha lástima este pobre hombre, de seguro que al final le irá muy mal.
—Hay muchos más igual que él en nuestra ciudad, —comentó ESPERANZA— familias enteras, sí, calles llenas (y de peregrinos también) y si hay tantos en nuestra región, piensa cuántos más habrán en el lugar donde él nació.
—Por cierto su Palabra dice: “Y sus ojos se han cerrado, para que no vean con los ojos” (Hech. 28:27). ¿Te parece que no han tenido en ningún momento una convicción de pecado y ningún temor de lo peligroso que es su condición? Pienso que quizá sí, pero por ser ignorantes no comprenden que esas convicciones son para su propio bien, por lo tanto procuran desesperadamente reprimirlas, y siguen presumiendo que andan bien en el camino de su propio corazón (Prov. 14:12; 21:2; Judas 21:25).
ESPERANZA coincidió:
—Yo digo que el temor tiende a ser bueno para el hombre. Lo prepara para emprender el peregrinaje.
—El temor de Jehová —corrigió CRISTIANO— es el principio de la sabiduría (Job 28:28; Sal. 111:10; Prov. 1:7; 9:10). El temor correcto causado por las convicciones que impulsan al corazón a aferrarse a Cristo para salvación. Comienza y sigue generando una gran reverencia hacia Dios, su Palabra y sus caminos.

  1. El adormecimiento espiritual

    El país encantado = el lugar en donde los peregrinos perecen en un sueño, en un letargo, que les impide avanzar en el llamado celestial

    1. El avivamiento o despertar se manifiesta por*:

      1. Una revelación de Cristo en corazones dispuestos
        1. Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad… De su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia, pues la Ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo único, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer. (Jn.1:14, 16-18)
        2. —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —preguntó Jesús. —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro. —Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo. (Mt.16:15-17)
        3. Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios. (2Co.4:4)
      2. Una profunda pasión por Cristo que te consume
        1. Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la Ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. (Fil.3:7-10)
        2. Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor inagotable es mejor que la vida misma; ¡cuánto te alabo! Te alabaré mientras viva; a ti levantaré mis manos en oración. Tú me satisfaces más que un suculento banquete; te alabaré con cánticos de alegría. Recostado, me quedo despierto pensando y meditando en ti durante la noche. (Sal.63:1-6)
        3. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. (Sal.73:25)
      3. Un genuino deseo de agradarlo
        1. Manifestado en santidad
          Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. (Jn.14:15)
        2. Manifestado en servicio
          Cuando terminaron de desayunar, Jesús preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? —Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro. —Apacienta mis corderos —dijo Jesús. (Jn.21:15)
        3. Manifestado en soportando sacrificio
          Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él (Fil.1:29) // El Señor le dijo: —Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel; y le voy a mostrar cuánto debe sufrir por mi nombre (Hch.9:15-16) // Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero (Ro.8:36) 
      4. Esto genera un impacto en la sociedad (una reforma y regeneración)
        1. Como no los hallaron, llevaron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, mientras gritaban: ¡Esos que están trastornando el mundo entero, ya han llegado acá! (Hch.17:6)
        2. Estos pasos son los que traen el avivamiento, se pierde el inicio, y se pierde el resto* (Marcos Baker)
    2. El adormecimiento es justamente lo contrario

      1. Perder de vista a Cristo y su gloria
      2. Perder la pasión por él
      3. Volverse laxos en la santidad, en el servicio, el sacrificio
      4. Decadencia social
    3. Un llamado a la iglesia de Efeso a que despierten de su letargo

      1. Una llamado a despertar de su letargo
        Averigüen bien lo que agrada al Señor. No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. Es vergonzoso siquiera hablar de las cosas que la gente malvada hace en secreto. No obstante, sus malas intenciones se descubrirán cuando la luz las ilumine, porque la luz hace todo visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes; levántate de los muertos, y Cristo te dará luz». (Ef.5:10-14)

        1. El letargo se manifiesta en una santidad más laxa… ya no hay interés en agradar a Dios
      2. Para ese despertar Pablo oraba por una revelación de Cristo y su amor
        Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. En fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. (Ef.3:14-19)
    4. Un llamado a la iglesia de Roma a que despierten… porque el tiempo está cerca

      1. No deban nada a nadie, excepto el deber de amarse unos a otros. Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios. Pues los mandamientos dicen: «No cometas adulterio. No cometas asesinato. No robes. No codicies». Estos y otros mandamientos semejantes se resumen en uno solo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios. Esto es aún más urgente, porque ustedes saben que es muy tarde; el tiempo se acaba. Despierten, porque nuestra salvación ahora está más cerca que cuando recién creímos. La noche ya casi llega a su fin; el día de la salvación amanecerá pronto. Por eso, dejen de lado sus actos oscuros como si se quitaran ropa sucia, y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta. Ya que nosotros pertenecemos al día, vivamos con decencia a la vista de todos. No participen en la oscuridad de las fiestas desenfrenadas y de las borracheras, ni vivan en promiscuidad sexual e inmoralidad, ni se metan en peleas, ni tengan envidia. Más bien, vístanse con la presencia del Señor Jesucristo. Y no se permitan pensar en formas de complacer los malos deseos. (Ro.13:8-14)
        1. El llamado urgente a despertar porque el regreso del Señor está cerca
        2. ¿Por qué es más urgente al ver que el día de su regreso se acerca?
          1. La novia preparada para recibir a su señor
          2. El amor, ese despertar, ese avivar, es justo lo que se necesita para afrontar la ola de maldad que embargará a la humanidad previo a la venida
    5. La nostalgia nos puede salvar

      Esperanza platica de su tiempo de encuentro con Dios

      1. Muchos voltean atrás… y ven, y recuerdan lo hermoso que era al inicio, la pasión que tenían, lo hermoso que era su relación con Dios, lo fácil que era vivir en santidad, agradándole…
      2. El Señor quiere que voltees y sientas nostalgia por lo que tuviste… y desees eso que perdiste… y procedas a recuperarlo.
      3. Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro. (Ap.2:4-5)
      4. Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto. ¡Despierta! Fortalece lo poco que te queda, porque hasta lo que queda está a punto de morir. Veo que tus acciones no cumplen con los requisitos de mi Dios. Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón. (Ap.3:1-3)
      5. ¿Por qué sucede este adormecimiento?
  2. No todos los encuentros iniciales son genuinos

    1. Fue un encuentro emocional

      La novedad de la experiencia religiosa: la alabanza, el mensaje, la convivencia, las amistades, la actividad… y uno está emocionado con todo lo que está uno viviendo. No era mas que una emoción por la nueva experiencia que estabas viviendo.

      1.  El que recibió la semilla que cayó en el suelo lleno de piedras es el que oye la palabra y de inmediato la recibe con alegría. Pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, enseguida se aparta de ella. (Mt.13:20-21)
        1. La emoción de una novedad intelectual
        2. La emoción de una novedad musical
        3. La emoción de una novedad relacional
        4. La emoción de una novedad de actividad (el retiro, el grupo, etc.)
    2. Fue un solo encuentro idólatra

      Buscabas a Dios, no por amor a él, sino para que te sacara del bache. No te interesaba Dios, sino sólo lo que pudieras obtener de él. Usaste a Dios para obtener aquello que realmente amas… una vez obteniendo el favor, te olvidaste de él.

      1. Un día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pasaba por Samaria y Galilea. Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres que tenían enferma la piel. Como se habían quedado a cierta distancia, gritaron: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo: —Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. —¿Acaso no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? (Lc.17:11-18)
        1. Obtuviste tu sanidad… y te fuiste
        2. Obtuviste tu liberación… y te fuiste
        3. Obtuviste tu ayuda económica… y te fuiste
        4. Obtuviste tu ayuda matrimonial… y te fuiste
    3. Fue un encuentro religioso

      Tuvieron un encuentro con las religión, con las formas y rituales religiosos, con los mandamientos, pero sin nunca tener un encuentro con Cristo, sin nunca haber nacido de nuevo. Un encuentro con la cruz requiere una rendición total, no a medias. El quiere todo nuestro corazón. Este es el encuentro que tuvo IGNORANTE en la historia.

      1. Actuarán como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios (2Ti.3:5) // Cierto dirigente preguntó a Jesús: —Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida  eterna? —¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”. —Todo eso lo he cumplido desde que era joven —dijo el hombre. Al oír esto, Jesús añadió: —Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el hombre oyó esto, se entristeció mucho, pues era muy rico. Al verlo tan afligido, Jesús comentó: —¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios! (Lc.18:18-24) // Ellos les advirtieron que en los últimos tiempos habría gente burlona cuyo objetivo en la vida es satisfacer sus malos deseos. Estos individuos son los que causan divisiones entre ustedes. Se dejan llevar por sus instintos naturales porque no tienen al Espíritu de Dios en ellos (Jud.1:18-19) // Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. Van camino a la destrucción. Su dios es su propio apetito, se jactan de cosas vergonzosas y solo piensan en esta vida terrenal. (Fil.3:18-19)
        1. Ya asistes constantemente a la iglesia y a todas sus actividades
        2. Ya eres más aplicado con los mandamientos
        3. Ya tienes todas las formas religiosas (el vocablo, las formas, etc.)
        4. En realidad te has vuelto un experto en la hipocrecía
          Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios. (Ro.8:5-8)
    4. Fue un encuentro genuino

      En otras ocasiones, sí es un encuentro genuino con el Espíritu de Cristo, sí hubo un genuino nacimiento de nuevo

      1. El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo. También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró (Mt.13:44-46) //  Uno de los fariseos invitó a Jesús a cenar, así que Jesús fue a su casa y se sentó a comer. 37 Cuando cierta mujer de mala vida que vivía en la ciudad se enteró de que Jesús estaba comiendo allí, llevó un hermoso frasco de alabastro lleno de un costoso perfume. 38 Llorando, se arrodilló detrás de él a sus pies. Sus lágrimas cayeron sobre los pies de Jesús, y ella los secó con sus cabellos. No cesaba de besarle los pies y les ponía perfume. 39 Cuando el fariseo que lo había invitado vio esto, dijo para sí: «Si este hombre fuera profeta, sabría qué tipo de mujer lo está tocando. ¡Es una pecadora!». 40 Entonces Jesús respondió a los pensamientos del fariseo: —Simón—le dijo—, tengo algo que decirte. —Adelante, Maestro—respondió Simón. 41 Entonces Jesús le contó la siguiente historia: —Un hombre prestó dinero a dos personas, quinientas piezas de plata a una y cincuenta piezas a la otra. 42 Sin embargo, ninguna de las dos pudo devolver el dinero, así que el hombre perdonó amablemente a ambas y les canceló la deuda. ¿Quién crees que lo amó más? 43 Simón contestó: —Supongo que la persona a quien le perdonó la deuda más grande. —Correcto—dijo Jesús. 44 Luego se volvió a la mujer y le dijo a Simón: —Mira a esta mujer que está arrodillada aquí. Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para lavarme el polvo de los pies, pero ella los lavó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. 45 Tú no me saludaste con un beso, pero ella, desde el momento en que entré, no ha dejado de besarme los pies. 46 Tú no tuviste la cortesía de ungir mi cabeza con aceite de oliva, pero ella ha ungido mis pies con un perfume exquisito. 47 »Te digo que sus pecados—que son muchos—han sido perdonados, por eso ella me demostró tanto amor; pero una persona a quien se le perdona poco demuestra poco amor. 48 Entonces Jesús le dijo a la mujer: «Tus pecados son perdonados». (Lc.7:36-48)
        1. Estás enamorado, extasiado por lo que hizo por ti
          Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. (1Jn.4:19)
        2. Has descubierto la hermosura de su persona, lo gloriosa de su presencia, su amor te ha cautivado
          Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor. (Ro.5:5)
  3. El encuentro genuino, ese primer amor, se puede perder… puedes dormirte

    ¿Por qué uno se duerme en el primer amor?… por las distracciones de la vida que te quitan la vista de tu enamorado, y la instrucción es clara: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe” (He.12:2).  Somos abrumados por los problemas, los afanes, las diversiones, las actividades, las señales… y por esa bruma se encuentra Jesús velado a nuestros ojos. 

    1. Abrumado por las preocupaciones y afanes

      1. El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan. Por eso, la semilla no llega a dar fruto. (Mt.13:22) // Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! 41 —Marta, Marta —contestó el Señor—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor y nadie se la quitará. (Lc.10:38-42) // Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?”, o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”. Los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se preocupen por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. (Mt.6:31-34)
        1. Lo que te consume la mente son los problemas y situaciones que tienes que resolver
        2. Te consume el proyecto de vida que quieres para ti
        3. Una vida responsable cumpliendo con tus deberes no necesariamente significa una vida despierta
    2. Abrumado por las diversiones y placeres

      1. Y es que nos hemos enterado de que algunos de ustedes viven desordenadamente, y no trabajan en nada, y se entrometen en lo ajeno (1Ts.3:11) // todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades (Hch.17:21) // ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior? Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer (Stg.4:1-3) // Ahora bien, una verdadera viuda —una mujer que realmente está sola en este mundo— es aquella que ha puesto su esperanza en Dios. Día y noche ora a Dios pidiéndole su ayuda, pero la viuda que solamente vive para el placer está espiritualmente muerta en vida. (1Ti.5:5-6)
        1. Lo que te consume son tus placeres, lo que te gusta o te distrae.
        2. Estamos en la era de las distracciones.
        3. Una vida de bendición y sosiego no necesariamente significa una vida despierta.
    3. Abrumado por las actividades

      1. Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia… Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor (Ap.2:2-4)  // Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: «Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco.» Y es que tanta gente iba y venía, que ellos no tenían tiempo ni para comer. (Mr.6:30-31)
        1. Pensamos que estamos conectados con Dios por todas las actividades que hacemos para el Señor
        2. Confundimos nuestros tiempos de preparación con tiempos devocionales
        3. Ante la fatiga, ante el desgaste, lo que necesitamos son tiempos de refrigerio en su presencia en donde nos sentamos a disfrutarlo a él
        4. Equivocadamente pensamos que es un asunto de entretenerse, distraerse o descansar como lo hace el mundo
        5. Una vida llena de activismo y servicio, no necesariamente significa una vida despierta
    4. Abrumados por las señales y su venida

      1. Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba de Judá, dejó allí a su criado y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto de retama y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados». Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido. De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come». Elías miró a su alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre brasas y un jarro de agua. Comió, bebió y volvió a acostarse. El ángel del Señor regresó y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo viaje». Elías se levantó, comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios. Allí pasó la noche en una cueva. Más tarde, la palabra del Señor vino a él. —¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó. 10 Él respondió: —Me consume mi amor por ti, Señor Dios de los Ejércitos. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también! 11 El Señor le ordenó: —Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí. (1Re.19:3-11)
        1. Nos dormimos en nuestros encuentros con Dios, no los disfrutamos y nos esperamos hasta que llega el encuentro mayor… y mientras andamos en ayunas por el desierto. Nuestra expectativa de nuestro encuentro con él en el futuro, nubla los encuentros que podemos tener con él ahora.
        2. En la clase de natación: no daba respiros al nadar y sentía que me ahogaba, yo me esperaba a que llegara al otro extremo de la alberca.
        3. Dejamos de dar respiros espirituales en nuestros encuentros con él, porque esperamos respirar hasta que él venga.
        4. Descuidamos nuestros encuentros con Dios porque estamos enfocados en gozarlo hasta que él regrese. Desechamos el pedazo del pastel porque queremos el pastel completo.
        5. Su venida y las señales de su venida opaca tus encuentros íntimos con tu Señor.
        6. Una vida en expectativa de su venida, no necesariamente significa una vida despierta.
        7. No es lo mismo la pasión por su venida que la pasión por tu Señor
          La pasión por su venida pudiera ser solo el reflejo de tu deseo de ser librado de las tribulaciones de esta vida, más que degustar de su presencia… y te das cuenta por tu búsqueda de su presencia en el tiempo presente, cuando esta ha menguado.
    5. Nos damos cuentas

      1. En los tiempos de alabanza y adoración congregacional… batallas para conectarte, pues te hay robado la atención de Cristo. Su amor está adormecido.
    6. Lo mismo sucede en una relación matrimonial

      1. El amor de pareja puede dormir por los problemas, las preocupaciones, las distracciones, las actividades, etc.
      2. Si no luchas para mantener ese amor despierto… podría significar un divorcio
        1. Ya no dedican tiempo para disfrutarse… pero luego aparece una persona que viene en con el plan de disfrutarte y que la disfrutes.
  4. La novia que, por dormirse, no atendió al llamado de su Señor.

    Yo dormía, pero mi corazón estaba atento, cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba: «Ábreme, tesoro mío, amada mía, mi paloma, mi mujer perfecta. Mi cabeza está empapada de rocío, mi cabello, con la humedad de la noche». Pero yo le respondí: «Me he quitado el vestido, ¿por qué debería vestirme otra vez? He lavado mis pies, ¿por qué debería ensuciarlos?». Mi amante trató de abrir el cerrojo de la puerta, y mi corazón se estremeció dentro de mí. Salté para abrirle la puerta a mi amor, y mis manos destilaron perfume. Mis dedos goteaban preciosa mirra mientras yo corría el pasador. Le abrí a mi amado, ¡pero él ya se había ido! Se me desplomó el corazón. Lo busqué pero no pude encontrarlo. Lo llamé pero no tuve respuesta. Los guardias nocturnos me encontraron mientras hacían sus rondas. Me golpearon y me lastimaron y me arrancaron el velo, aquellos guardias del muro. Oh mujeres de Jerusalén, prométanme: si encuentran a mi amante, díganle que desfallezco de amor. (Cnt.5:2-8)

    1. Estaba encarrillada en lo que estaba haciendo (acostada en su cama)

    2. La incomodidad de atender al llamado de su Amado (chin, tengo que dejar lo que estoy haciendo y vestirme).

    3. Al momento que le dió prioridad a lo que realmente es importante, ya era demasiado tarde.

    4. Una vida dormida…

      1. Te lleva a perder esa pasión por tu el Señor
      2. Te lleva a perder el celo por agradarlo (repercutiendo en la santidad, en el servicio, en sacrificio).
      3. Te lleva a sufrir los estragos de la ausencia de su presencia: vacío, falta de gozo, insatisfacción, amor por el mundo, desgaste, etc.
    5. El llamado de Dios es: DESPIERTA TU QUE DUERMES. VUELVE AL PRIMER AMOR.

Alberto Vazquez Botello