La Resolución para Hombres – Sesión 4 – Promete asumir la responsabilidad

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“Prometo solemnemente ante Dios asumir la plena responsabilidad sobre mi vida, la de mi esposa y la de mis hijos”.

¿Cuándo fue que te convertiste en hombre? ¿Puedes responder esa pregunta? Hay diferentes opiniones y muchas respuestas comunes pero es algo incierto. Ejemplos.

Hoy tenemos a toda una generación de hombres en su tercera década que se sigue preguntando si ya son hombres. Otro punto es que no se tiene una idea clara de que significa ser un hombre. Afortunadamente La Palabra de Dios nos deja claros indicios de cuando un muchacho inicia la adultez y lo que significa ser un hombre.

(Lc.2:41-47) Por ejemplo en al caso de Nuestro Señor Jesús, fue a los doce años cuando dio un indicio de que estaba pasando a otra etapa, si bien es cierto sus papás lo perdieron de vista (Lc.2:43) lo que queremos destacar aquí es la reacción de Jesús cuando sus papás regresaron y lo cuestionaron acerca de los motivos por lo que se había separado de ellos, a los ojos de sus papás era todavía un niño (Lc.2:48). Sin embargo, en su respuesta vemos cómo él sabía que ya no era niño y que su desarrollo físico, mental, social y espiritual hacia la adultez había comenzado. (Lc.2:52) Es decir, se estaba convirtiendo en un hombre.

En la comunidad judía, aún en nuestros tiempos, cuando un varón llega a la pubertad (13 años) tienen una ceremonia que se llama Bar Mitzvah que marca la salida de la infancia y el inicio de la adultez. El término hebreo Bar significa “hijo de” y la palabra Mitzvah significa “la ley”. Durante la ceremonia el padre del muchacho junto con otros hombres de confianza lo invitan a la adultez, a madurar, lo abrazan y le permitan leer en voz alta pasajes del Antiguo Testamento. En esa cultura es a partir de ese momento cuando él puede aprender y obedecer los mandamientos de Dios por su propia cuenta y sus padres lo hacen responsables por su vida, su conducta y por sus pecados. Adquiere otras responsabilidades y derechos, por ejemplo puede poseer propiedades y casarse en el futuro cuando esté listo. Es una tradición que ayuda mucho a definir claramente ese proceso de pasar de la infancia hacia la madurez.

 

La Biblia revela el otro punto que marca la llegada a la adultez, es alrededor de los 20 años cuando un hombre se considera adulto a los ojos de Dios. En (Ex.30:14) vemos una contribución económica durante el censo, en (Lv.27:3) los hombres darían la mayor parte para financiar el santuario, (Nm.1:3) los reconoce para ir a la guerra, en (Nm.14:29) Dios responsabilizó y castigo a los hombres mayores de 20 años. Según estos versículos podemos decir que a los ojos de Dios después de esa edad ya no hay excusas para no ser un hombre responsable y maduro.

Esto es algo que debemos adoptar en nuestro pensamiento actual y (si tienes más de 20 años) deberás comenzar asumiendo lo siguiente:

“Prometo solemnemente ante Dios asumir la plena responsabilidad sobre mi vida, la de mi esposa y la de mis hijos”.

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Estés o no casado, tengas hijos o no los tengas, eres un hombre. Y como tal, Dios te llama a un estándar apropiado y de excelencia: el Suyo.

Ser hombre es  apropiarte plenamente de tu rol como adulto, esposo, padre, empleado, vecino y cualquier otra función que decidas asumir responsablemente.

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Los siete atributos del varón

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Según las Escrituras hay siete atributos que definen la condición ideal del hombre adulto y que todo varón debe desarrollar y manifestar al convertirse en un hombre.

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1.- Un hombre acepta su masculinidad

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La masculinidad se entiende en general como tener características masculinas, en este punto el ingrediente principal es la fuerza. Desde la infancia Dios nos pone el anhelo de ser fuertes. Al igual que Jesús, debemos buscar desarrollar fuerza no sólo física, sino también  fuerza moral, mental, social y sobre todo espiritual, de hecho todos nuestros roles van a requerir mucha fuerza en todas las áreas para llevarlos a cabo correctamente.

(1Jn.2:14) Esto es clave ya que cuando un hombre toma conciencia de su propia fuerza es cuando intentará cosas difíciles, guiará a su familia, peleará por su país y  se atreverá a confrontar el mal. Por contrario si no reconoce su fuerza, será cobarde, pasivo, irresponsable, y abortará sus roles ante la menor presión.

La Palabra de Dios nos exhorta a: ser padres que invitemos a nuestros hijos a vivir como hombres (1Rey.2:2), como hombres no llama a ser fuertes (Jos.1:9), poner manos a la obra, a luchar y seguir firmes (Ef.6:13),  portarnos varonilmente (1Cor.16:13). Esto se nos exige para ser fieles.

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2.- Un hombre habla y actúa con madurez

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(1Cor.13:11) Un hombre debe decidir de manera intencional dejar de ser infantil y cambiar su conducta por la de un hombre, dejas atrás las cosas de niño y portarse a la altura de nuevas responsabilidades. Ejem. Síndrome de Peter Pan.

Cuando esto falla vemos adolescentes y adultos que se abocan al entretenimiento y se preparan para el fin de semana dejando de prepararse para la eternidad. Pequeños hombrecitos que no asumen compromisos y que son dependientes de sus madres. Son estos mismos “niños adultos” los que luego se convertirán en padres de familia y no estarán capacitados para preparar a la siguiente generación. Todos debemos desechar cualquier rastro de infantilidad del pasado.

Son demasiados los hombres que desean gozar de las libertades, las recompensas y los privilegios de la adultez pero sólo quieren asumir las responsabilidades de la infancia.

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3.- Un hombre asume su responsabilidad

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El concepto principal de responsabilidad es que una autoridad superior nos confía y nos otorga el poder para ocuparte de algo o de alguien. Y a esto se le suma la bendición de hacerlo bien o la maldición de hacerlo mal. (Gn.2:15)

Mientras la responsabilidad edifica al hombre y a todo lo que lo rodea, la falta de ésta solo lo debilita y lo destruye. La responsabilidad nos llama a actuar y nos pone a prueba. Revela nuestro carácter, nuestro calibre y nuestro compromiso. Es a la vez un regalo y un honor. Cuanto mayor es la madurez de un hombre, más responsabilidad puede Dios encomendarle. (Lc.19:17) (Lc.16:10)

Te invitamos a volver a tomar el timón en tus manos y guía, protege y provee para tu familia. Ama la responsabilidad, vívela y promuévela entre los hombres a tu alrededor. Ruega a Dios por sabiduría (Stg.1:5) y Su guía para hacer las cosas bien (Lc.12:42-43) NTV y luego confía en que Él te dará fuerzas para no volver atrás.

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4.- Un hombre funciona de manera independiente

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Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento dicen que “el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer” (Gn.2:24) (Mt.19:5). Aunque el hombre nunca se case, Dios lo creó para que sea capaz de abandonar el hogar y valerse por sí solo. Un hombre debe ser capaz de trabajar, funcionar y vivir sin depender de otro económica, ni espiritual ni físicamente.

Puedes buscar consejo de tus padres (Prov.31:1), su apoyo en oración, pero debes funcionar de manera autónoma. Aunque Dios usa a nuestras madres en la infancia y a nuestras esposas en el matrimonio para señalar las áreas en las que no estamos cumpliendo, se espera que tú tomes la iniciativa y te adelantes a las necesidades que surjan en tu familia.

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5.- Un hombre puede liderar una familia con eficacia

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Tal como el apóstol Pablo, no todos los hombres son llamados a casarse o tener hijos. La soltería puede ser también un “don de Dios” como el matrimonio (1Cor.7:7). Sin embargo, como adulto, Pablo era lo suficientemente maduro y competente como para casarse si así lo hubiera decidido (1Cor.9:15). Tener la responsabilidad necesaria para iniciar y liderar una familia es un claro atributo de la adultez. Ser un hombre adulto no significa que debas casarte, pero sí que seas capaz de hacerlo.

Si eres soltero, ya mismo debes estar preparándote afirmando las cualidades de carácter necesarias para el matrimonio y la paternidad. Y si ya estás casado, es hora de vivirlas a diario con diligencia. Si ya eres padre enseña a tus hijos en el camino correcto, llévalos hacia la madurez paso a paso.

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6.- Un hombre reconoce su responsabilidad ante alguien

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Junto con la responsabilidad que Dios le dio a Adán de cuidar el Huerto del Edén (Gn.2:15) se presentó también la “rendición de cuentas” (Gn.2:17), ya que sin esta contrapartida seriamos irresponsables invariablemente. Esto demuestra el carácter justo de Dios que juzgará al mundo con justicia. (Sal.9:8)

Debemos reconocer que todas nuestras acciones tienen consecuencias inmediatas pero también eternas. (2Cor.5:10) (Heb.9:27) ¿Ya estás listo para encontrarte con Dios en el juicio? Si respondieras con sinceridad, ¿podrías afirmar que sabes con certeza dónde pasarás la eternidad cuando mueras?

Si ya tienes una relación personal con Jesucristo y estás seguro de que pasarás la eternidad con Él, recuerda que como hombre sigues siendo responsable de dar lo mejor de ti por el resto de tu vida. (1Cor.10:12) (Col.3:23)

En este punto es bueno rodearnos de varones piadosos que nos ayuden a prepararnos para que seamos hallados fieles. Hombres que tengan permiso de hacernos las preguntas más duras, de vigilar nuestra condición espiritual y decirnos verdades que nos confronten cuando sea necesario.

Rendir cuentas nos ayuda de manera dinámica a ser hombres fieles, sabios, responsables y humildes ante Dios y ante nuestros hermanos.

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7.- Un hombre porta la imagen de Dios

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Todos sabemos que Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) primero creó los cielos y la tierra, después dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gn.1:26) Es decir, Dios ve Su semejanza en nosotros, ¡tenemos ese gran honor y privilegio!

A diferencia del resto de la creación, nosotros somos portadores exclusivos de la imagen de nuestro Creador. Por tanto, en todas nuestras elecciones, palabras y conductas, necesitamos representarlo bien. Suena abrumador, pero es nuestra privilegiada responsabilidad.

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La definición bíblica de hombría

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Un hombre es un adulto varón, Levítico 27:3
que acepta su masculinidad, 1 Corintios 16:13
habla y actúa con madurez, 1 Corintios 13:11
asume la responsabilidad, Génesis 1:26 y Génesis 2:15
funciona independiente, Génesis 2:24 y Mateo 12:46-50
puede guiar a una familia con fidelidad, Génesis 2:24 y 1 Timoteo 3:4-5
y reconoce su responsabilidad ante otros Eclesiastés 12:13-14
como portador de la imagen de Dios Génesis 1:26 y 1 Corintios 11:7-9

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Deja de lado el infantilismo, asume tus propias responsabilidades y sé fiel en todo lo que Dios puso bajo tu cuidado. Lidera a tu familia con valor y porta cada día la imagen de Dios y sale todo el honor al Único que es digno, sabiendo que un día deberás rendirle cuentas.

Gustavo Martinez Rojas